01 MIRARSE

Unos ojos profundos capaces de reflejar hasta lo más imperceptible, que muestran el interior con todo lo que eso implica. La intimidad perturbadora en los acordes de un instrumento desafinado y lleno de polvo. La verdadera cara de la moneda, esa que deseas que salga cuando hace espirales en el aire. Una paciencia impoluta en el cuerpo de alguien que no le teme al tiempo, unas palabras en un español confuso, una sonrisa desconocida y un montón de reacciones como consecuencias indirectas de la distancia. Comer con desgano un durazno que parece una manzana y saborear un alfajor de maicena con gusto a manos argentinas.  Un camino que antes parecía complejo y que ahora harías a ojos cerrados. Un verano que se apaga con los últimos destellos y un atardecer de pintura rupestre. Confusión verborrágica en una mente formal, la sensibilidad artística de un mundo lógico que solo existe en las ecuaciones de la secundaria. Leer lo que otros dicen para calmar la ansiedad del mientras tanto, en un pasado en el que el presente tiene aún el control a medias. El magnetismo de la simpleza que descuartiza los laberintos poéticos y destiñe a cualquier príncipe. Ser un poco de todo y nada a la vez. Fingir en el mundo de las casualidades para formar parte del malón y soltar la musculatura para ser más cordial con el órgano que bombea aunque sea por respeto.